Cristóbal Colón había llegado a las islas del Mar Caribe.
Cuando regresó a contar a los reyes de España su descubrimiento, llevaba con él
un numeroso grupo de aborígenes, vistosos papagayos multicolores y otros
pájaros de plumaje hermoso; cofres con piedras preciosas, joyas hechas por
los indígenas y mantos de lana fina de
los animales de esta nueva región.
Todo causó un gran entusiasmo y se organizaron inmediatamente
grupos de hombres audaces que se embarcaron al nuevo continente para explorarlo
y conquistarlo.
Así llegaron a México y al Perú grupos de Españoles al mando
de Hernán Cortés y Francisco Pizarro.
Tomaron
posesión del territorio en nombre de España, pero tuvieron que soportar muchos
sufrimientos. Los naturales se
defendían, no aceptaban la llegada de esos hombres extraños, y en las batallas
morían numerosos españoles.
A pesar de esto, fueron avanzando lentamente, fundando
ciudades, enseñando su idioma y su religión, pues los aborígenes tenían sus
propios dioses, a los que adoraban en templos majestuosos llenos de adornos de
oro y plata.
El deseo de encontrar más oro y plata les hacía continuar
adelante, no importaba cuántos sacrificios les costara, pues los que triunfaban
se enriquecían grandemente.
Cada día llegaban nuevas naves españolas a los lugares ya
conquistados, y cientos de hombres, llenos de esperanza, desembarcaban para
iniciar la aventura en América.
CONQUISTA DE CHILE
¿Cómo llegaron a Chile?
Los indígenas del Perú, los incas, hablaban de una región muy
ria en oro, llamada Chile, que se encontraba más al sur. (El norte de Chile
estaba dominado por los incas).
Los españoles escucharon estas noticias, y un grupo de ellos
bajo el mando de Diego de Almagro intentó la conquista de esta nueva región.
Diego de Almagro juntó todo el dinero que había logrado
reunir, y equipó una expedición de 500 hombres. Le acompañaban numerosos
indígenas que conducían llamas cargadas con alimentos, utensilios y todo lo que
pudieran necesitar en la ruta.
Iniciaron el viaje hacia Chile debiendo cruzar la Cordillera
de los Andes, donde tuvieron terribles sufrimientos. No soportaban el frío y la
altura, se sentían enfermos, se les congelaban los pies. Los indios dejaban
abandonados en el camino los alimentos y los utensilios, porque no soportaban
el peso. Muchos murieron.
Al fin, agotados, flacos y enfermos los castellanos bajaron de
la cordillera al valle del río Copiapó.
Era el año 1536.
Almagro avanzó luego hasta el valle del río Aconcagua, donde
estableció su campamento. Hizo recorrer el territorio por sus hombres.
Pero no encontraron la riqueza que esperaban, decidieron
regresar al Perú. Volvieron por los desiertos del norte; aunque el camino era
más largo, así evitaban la cordillera que tantos problemas les había hecho
pasar.
La expedición había sido un desastre. De regreso en el Perú
contaron el fracaso de su viaje, su desilusión al no encontrar las riquezas
esperadas y los sufrimientos al cruzar la cordillera
A comienzos de 1537 Almagro, el descubridor de Chile por la vía terrestre,
abandonó el territorio por Atacama ante la premura de regresar a Cuzco, una vez
conoció la rebelión de Manco. Le aguardaban la guerra con Pizarro, la prisión y
la muerte a garrote un año después por orden de este último.
Distintos grupos de los expedicionarios de Almagro exploraron los
nuevos territorios y, a medida que avanzaban, la esperanza de encontrar oro y
riquezas se esfumaba cada vez más. El país parecía propicio sólo para la
agricultura.
Como eso no era lo que estos hombres buscaban, decidieron regresar al
Cuzco, eligiendo el camino de los extensos y áridos desiertos del norte.
Arribaron a Perú a comienzos de 1537.
Diego de Almagro murió al año siguiente, ajusticiado por orden de su
antiguo compañero de aventuras, Francisco Pizarro.
LA CONQUISTA DE CHILE POR PEDRO DE VALDIVIA
La muerte de Diego de Almagro dejó el camino abierto para que Francisco
Pizarro intentara —a través de sus hombres de mayor confianza— la conquista de
Chile. Pese a las ambiciones de los españoles, ninguno tuvo deseos reales de
aventurarse en territorio chileno, hasta que el capitán Pedro de Valdivia,
quien había luchado contra Almagro en favor de Pizarro en la batalla da Las
Salinas.
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